Crítica musical: El huésped del sevillano (Traducción al español)

Incluyo a continuación la traducción al español de mi crítica musical sobre la representación en Toronto de El huésped del sevillano en Ludwig van Toronto.

La zarzuela española El huésped del sevillano entretiene a un público selecto con notables interpretaciones

Por Antonio Peláez Barceló. 7 de Mayo del 2024


TOT Cabaret: Viva La Zarzuela: Tonatiuh Abrego, ten. (Juan Luis); Lucia Santilly, sop. (Raquel); Alexander Cappellazzo, ten. (Rodrigo); Dianna di Mauro, sop. (Raquel); Stuart Graham, bar. (don Diego)) / Toronto Operetta Theatre; Kate Carver, directora; Guillermo Silva-Marín, director de escena y adaptación al inglés / St. Lawrence Centre for the Arts, 5 de mayo de 2024.

El pasado domingo, 5 de mayo, Toronto Operetta Theatre (TOT) cerró su temporada 2023-2024 con una digna representación de la zarzuela española El huésped del sevillano / The Guest at the Inn.

El público, que apenas alcanzaba la cuarta parte de su aforo, aplaudió los diversos números musicales y mostró su conexión, especialmente con los momentos cómicos. La reducida orquesta de diez músicos y, sobre todo, el coro de nueve, contribuyeron a la brillantez de una representación de bajo presupuesto, pensada especialmente para un público no hispanohablante.

La zarzuela es un tipo de opereta típica de España, que tuvo especial éxito entre la segunda mitad del siglo XIX y los primeros 30 años del siglo XX. El huésped del sevillano, compuesta por el prolífico Joaquín Rodrigo, se estrenó en 1926, y su éxito inmediato ha hecho de la Canción de la espada / The Sword Song una de las piezas musicales más cantadas por los tenores españoles.

Nunca antes interpretada en Canadá, la versión de TOT incluye algunas variaciones menores para hacer esta obra accesible al público canadiense. En primer lugar, las numerosas partes habladas entre los temas musicales se presentaron en inglés. Ahora bien, hay que subrayar que cuando los cantantes y el coro cantaban no sólo lo hacían en un español muy correcto, sino también con el acento castellano de Toledo, donde se sitúa la obra.

El libreto original (escrito por los siempre interesantes Enrique Reoyo y Juan Ignacio Luca de Tena) mantiene parte del misterio de quién es el huésped de la posada, ya que se trata de un personaje que se mantiene sentado a una mesa, sobre la que está escribiendo y no canta en ningún momento. Se trata de Miguel de Cervantes, autor del Quijote, y está escribiendo de sus novelas ejemplares, aunque algún diálogo hace creer que ya está pensando en crear su obra más conocida. En la versión de Guillermo Silva-Marín, Cervantes (Sean Curran) se dirige al público desde el principio, haciéndole partícipe de su búsqueda de inspiración para crear una nueva novela corta. De este modo, la audiencia puede seguir más fácilmente el texto de una zarzuela pensada para un público más familiarizado con los textos del autor y con la cultura española.

La energía que transmite esta zarzuela con una gran orquesta no es la misma que ofrece TOT con una decena de músicos situados, además, a un lado del escenario. Sin embargo, ofreció soluciones adecuadas, como cuando el coro masculino complementa con palmas al solitario percusionista. La afinación y coordinación entre orquesta, coro y cantantes, bajo la acertada dirección musical de Kate Carver, fueron buenas y permitieron a un servidor disfrutar de una obra que he visto en numerosas ocasiones en España.

En cuanto a los cantantes, el tenor canadiense de raíces latinas Tonatiuh Abrego interpretó a Juan Luis. La canción de la Espada es la primera que debe interpretar en la obra. Un calderón en medio de ella ha permitido a cantantes como Plácido Domingo y Alfredo Kraus lucir la potencia de su voz y fiato. Abrego no adornó su actuación, pero realizó con acierto uno de los momentos más importantes y delicados de la misma, que es el legato antes de que comience el estribillo con “Brilla, Tizona”. Aunque parecía algo falto de ímpetu o energía, fue creciendo en un modo de cantar que, salvo una nota en el segundo dúo con Raquel, estuvo notablemente afinado y claramente articulado.

El papel de Raquel fue interpretado por Lucia Santilly, que debutaba con el TOT y que, desde el principio, presentó una voz firme, bien colocada y potente. Mostró facilidad para alcanzar las notas más agudas y graves, así como para responder a la coloratura de la obra. Mientras que la coordinación con Abrego fue magnífica, su solo La pena me hace llorar fue notable.

En cuanto al dúo cómico, Alexander Cappelazzo interpretó el papel cómico de Rodrigo, el criado de Juan Luis, mientras que Constancia fue interpretada por Diana di Mauro. Ambos demostraron un buen sentido cómico, una cuidada proyección de la voz y una inconfundible articulación de la lengua española. El Encuentro en la calle fue un gran comienzo para ellos, en el que el coro protagonizó también un momento musical muy divertido escenificando el contraste entre las supuestas “chicas feas” y los “chicos guapos”. Brillaron e hicieron disfrutar aún más al público con Si fueras Pastora, donde la puesta en escena, el juego cómico con los balidos de los corderos o las interpretaciones histriónicas mostraron el cuidado trabajo que hay detrás de toda la producción. Encarnando al malo de la obra, Don Diego, el barítono Stuart Graham cantó igualmente bien y con firmeza.

En resumen, se trata de un enfoque acertado de una obra cómica ligera y no demasiado pretenciosa, que entretuvo al público durante una hora y cuarenta minutos, incluido el intermedio. Al final, aplaudieron a los intérpretes, que mostraron detalles de humor en los saludos finales. Para los pocos asistentes, fue una buena introducción a una pieza del folclore de una de las formas de entretenimiento más exitosas de la cultura española.

Por Antonio Peláez Barceló para LvT

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